lunes, 23 de febrero de 2009

Retorno al uno primigenio



A Samanta Garrido

Porque hay miradas que hablan
he aprendido a escuchar con los ojos,
porque hay gestos que acarician
mi piel en su tacto es seducida,
porque hay bocas que devoran las distancias
esos labios en mis labios se tatúan.
El tiempo ablanda sus agujas
y la espera es llevadera en su consuelo.

Un misterio,
gemelar conjunción de las almas,
telepática sintonía deconstruyendo el espacio
con el periférico palpitar de una sonrisa.

Caídos del mundo, así vivimos,
más allá del último atisbo de cordura,
abocados a la cierta convergencia
donde el uno separado vuelva al uno.

jueves, 19 de febrero de 2009

De locos


Un niño se coló por una ventana chica en el edificio donde su mamá le había dicho que vivían los locos. Vio en una sala a varios señores mirando tele, el infinito o jugando rompecabezas. Les dijo hola y unos empezaron a reír, otros a saltar y alguno a palmotear las paredes. Uno lo tomó de la mano y en un abrir y cerrar de ojos otros se unieron y empezaron a jugar al corro de la patata. Luego les quiso enseñar piedra, papel, tijera y fue divertido, porque algunos sacaban a la segunda y otros ponían siempre piedra. Un señor era increíble, le hacía cosquillas y le pellizcaba y nada, imitaba la mar de bien a una estatua. Entonces al niño le apeteció cantar y varios aullaron muy gracioso a su ritmo.

En ese momento un celador, malhumorado de haber sido despertado de su siesta, entró impetuosamente en la sala. El niño pensó “¡Huy, un loco!”, y se fue a esconder detrás de uno de sus nuevos amigos.