sábado, 15 de diciembre de 2012

Una suerte de muerte

by ~pin-dbr


El dragón caniche de Jinxin ladra una vez cada ochocientos años y la fortuna llega a quien lo escucha. El pájaro Bai-feng aparece en el cuarto atardecer de cada nuevo milenio y la muerte alcanza a quien lo ve. Hoy, la suerte y la desgracia van a coincidir en el tiempo. Todos acuden al palacio en ruinas. En el antiguo salón del trono, el dragón dormita. Las sombras de las columnas se van alargando y los aldeanos, previsores, se vendan los ojos. Cuando el pájaro Bai-feng aparece en medio de un remolino irisado, el viejo dragón se despierta y bosteza. Mira con desidia al pájaro de la muerte, sabe que la magia del ave no es lo suficientemente poderosa para doblegar su inmortalidad. Y lo lamenta. Hace muchos siglos que se ha aburrido de la vida. Ve comprensión en los ojos carmesí de su compañero, la misma tristeza y una súplica. El dragón asiente. Todos oyen el ladrido. Luego el golpe sordo de un cuerpo que se desploma sobre el suelo embaldosado.


sábado, 14 de abril de 2012

Sin pecado cometido



Eva le dijo que probase y Adán así lo hizo. Tuvo que reconocer que su sabor era exquisito. Ninguna voz tronó en el cielo y ella aprovechó la piel para hacerse unos zapatos.


miércoles, 21 de marzo de 2012

Sinestesia aguda


Entre las sombras del callejón, su taconeo se te clava en la carne como agujas. En seguida, tu cuchillo le devuelve el trato, brilla en la oscuridad como ráfagas de jazz. Cuando todo acaba, te agachas para lamer una a una sus heridas. Su sangre sabe a un azul intenso. No te extraña, te lo dice la experiencia: cuanto más puta, más princesa.