Qué delicia es tumbarse en el sofá, cerrar los ojos, olvidar la inminente cena en casa de los suegros, disfrutar del silencio momentáneo...
Qué desgracia es abrir los ojos y ver a Laura salir del cuarto. Arreglada, dispuesta... Y el relámpago furioso en su mirada.
3 comentarios:
jaja yo creo que al revés también vale...
Breve y tan expresivo...la simpleza de lo cotidiano en la profundidad de los ojos cerrados...
Y el relámpago de Laura seguramente no es urgencia, ni reproche... si está divina para salir con vos... !!!!!(lo ilusorio son los suegros!)
Gracias por pasar, chicos. Y si, analia, te aseguro que era d reproche :D
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