
El día que el afamado inventor Sir Albert Graham Clark presentó su máquina de convertir rayas en lunares, las cebras de todo el mundo temblaron. Su secreto milenario iba a ser descubierto.
Cuentos y poesías que buscan en la brevedad su razón de ser.
2 comentarios:
Vengo del blog de los blogs por antonomasia, es decir, el blog de Fran Rubio, el maestro de estas cosas, y echo un vistazo , con permiso y lo que veo me gusta mucho. Enorabuena.
Pues gracias. Yo también le había echado un ojo a tus blogs. Me entretuve mucho buceando por ellos. Y lo seguiré haciendo, seguro.
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