Siempre he sido aficionado a la papiroflexia. Tenía toda la casa llena de bonitas figuritas de papel: pájaros, serpientes, sombreros, aviones y hasta una primorosa Torre Eiffel sobre la repisa de la chimenea. Fenomenal hasta lo del incendio.
Desde entonces sólo hago barquitos de papel que inmediatamente ahogo en la bañera.
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