jueves, 8 de mayo de 2008

Cumplidor


Veinticinco años llevo en esta empresa.

Recuerdo mis primeros tiempos, el aprendiz diligente que llegaba siempre temprano para causar buena impresión.

Luego vendría la rutina, me limitaba a estar en mi puesto a la hora en punto por no ganarme reprimendas.

Ahora no hay día que no me retrase. Como las novias en sus bodas, el jefe debe respetar las tradiciones.

3 comentarios:

César Flores Huallpa dijo...

Eso quiere decir que ahora eres el jefe?

Sandra Sánchez dijo...

jeje...
;)

Sergio P. Migoya dijo...

hombre, césar, yo no, será el personaje. Yo como mucho soy jefe de mí mismo. Graciñas a los dos por pasar ;)